En una tarde festiva, llena de ilusión, los Sabaleritos entraron al Cementerio de los Elefantes por la puerta grande. Con sus trofeos en alto, con el corazón ancho, lleno de sueños, dieron la vuelta olímpica ante un estadio repleto, que los aplaudió, que los saludó y coreó el nombre del club de sus amores. Todo fué un sueño, todo ilusión, todo alegría, presagio de lo que tal vez algún día, les toque vivir como jugadores de la primera escuadra. Tal vez sea un sueño loco, tal vez pura ilusión, pero.....quién te quita lo bailado mi negrito!!!!!!
1 comentario:
ya son unos grandes!!!!!
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